Énfasis en «gris»
- Fernando Balcázar
- 24 jul 2022
- 3 Min. de lectura
El Hombre Gris (The Gray Man, República Checa – Estados Unidos, 2022)
Por Fernando Balcázar
Los hermanos Russo llegan a Netflix tras cerrar su exitoso ciclo en el Universo cinematográfico de Marvel, donde dirigieron la mayoría de las películas más interesantes de dicha franquicia. Su primer trabajo con el estudio, Capitán América y el Soldado del Invierno (Captain America: The Winter Soldier, Estados Unidos, 2014), me sigue pareciendo a la fecha una de las mejores películas del UCM.
Pero todes sabemos que los Russo no llegaron al (decadente) gigante del streaming por su gran trabajo en esa película, sino por el histórico éxito taquillero de Avengers: Endgame (Estados Unidos, 2019), una de las películas más grandes de la historia.
Desde que se anunció El Hombre Gris (The Gray Man, República Checa – Estados Unidos, 2022) se sabía qué tipo de película sería. Y es que qué tipo de película iba a ser con un presupuesto de 200,000,000 USD, dirigida por los ya mencionados hermanos y protagonizada por Ryan Gosling, Ana de Armas y Chris Evans. Netflix quería una película de acción de proporciones gigantescas y obtuvo justo eso. Pero ¿habrán obtenido una buena película de acción de proporciones gigantescas? No exactamente.
La cinta cumple con el factor espectáculo: tiene muchas y largas secuencias de acción, locaciones espectaculares, tomas llamativas y violencia al por mayor. El problema es la manera en la que se presentan estos elementos.
A diferencia de lo bien logradas que suelen ser las peleas dirigidas por los Russo, en esta cinta resultan confusas y poco emotivas. Me viene a la mente una escena en la que Seis (Gosling) pelea en el aire con varios hombres mientras van cayendo de un avión en picada. Por más impresionante que esto pueda sonar, el resultado final no está tan bien logrado; en ningún momento le vemos la cara al protagonista, simplemente lo vemos girar y girar mientras la cámara intenta encuadrarlo. Y la escena logra ser un poco estresante y emocionante, pero esto se sostiene enteramente por la situación, no en un interés por un personaje que en ese momento parece más bien estar protagonizando un videojuego y no una película.
Por otro lado está la inmensa cantidad de locaciones en las que se desarrolla la cinta: Alemania, Croacia, República Checa, Austria y muchas otras. Para asegurarse de que la audiencia se dé cuenta rápidamente del cambio de locaciones –y así resulte todo más espectacular–, la cinta se asegura de poner en grande el nombre de cada ciudad a la que viajan los personajes. Si bien el recurso oscila entre lo interesante y lo insignificante las primeras veces, llega un punto en el que se vuelve cansado. Más allá de este detalle, el uso de tantos lugares diferentes se vuelve irrelevante para la historia por la rapidez y la facilidad con la que se mueven los personajes entre ellos; los edificios, los medios de transporte y los monumentos solo están ahí para ser destruidos por los personajes.
Las tomas llamativas son el punto que mejor ejemplifica la priorización que hace la cinta del espectáculo sobre la historia. Hay a lo largo de la obra distintas ocasiones en las que se incluye una toma hecha por drones que no aportan prácticamente nada a la escena; por el contrario, son tan chocantes que te desconcentran de la misma.
Finalmente está la violencia, cuya presencia en las películas de acción clasificación PG-13 me parece un fenómeno muy curioso. Debido a las restricciones de la categoría, las peleas no muestran demasiada sangre, pero igual son muy violentas: en una escena, un personaje arranca a otro uñas de la mano usando pinzas; en otra, Seis hace múltiples cortes en la cara de un mercenario al que se está enfrentando. La violencia se usa como espectáculo; pero como este debe llegar a la mayor cantidad de personas posibles, se evita la sangre.
El Hombre Gris sabe lo que debe ser y lo es. El problema es que podía serlo sin sacrificar el guion de la manera en la que lo hizo. Los personajes resultan irónicamente grises en el mejor de los casos y caricaturescos en el peor de ellos. Rescato, por otra parte, la actuación de Chris Evans como Lloyd, un mercenario que raya en lo psicópata que termina siendo el personaje más carismático y con mayor personalidad de toda la cinta.
Si te gustó, puedes ver:
Misión: Imposible – Repercusión (Mission: Impossible – Fallout, Estados Unidos - China - Francia – Noruega - Reino Unido, 2018)
Capitán América y el Soldado del Invierno (Captain America: The Winter Soldier, Estados Unidos, 2014)
Misión imposible 4: Protocolo Fantasma (Mission: Impossible – Ghost Protocol, Estados Unidos, 2011)
Comments