Más que mostrar es contar
- Juan Carlos Vázquez
- 21 may 2022
- 3 Min. de lectura
La Civil (Bélgica-México-Rumania, 2021)
Por Juan Carlos Vázquez
El cine mexicano siempre se ha visto afectado por la crítica: que si es muy malo, que si es muy aburrido, que si es muy lento, que si es muy pretencioso, que si es muy violento… Cuando alguna obra mexicana suena en algún festival de Cannes o de Venecia traemos a colación el término de «porno miseria», pues no es casualidad que ciertos filmes galardonados hechos sobre México cruzan esta línea causando morbo. Historias sobre desaparecidos, muertos, familias aterrorizadas y el narco abundan en nuestro cine nacional pues son temas que al europeo y al mexicano causan fascinación por el nivel de surrealismo que encontramos en la violencia de nuestro país. Incluso algunos realizadores y realizadoras pecan de porno miseria y entregan un filme que solo se reduce a eso: la simple exposición de una historia violenta.
La Civil (Bélgica-México-Rumania, 2021) ganó el premio Un certain regard: Premio al valor en Cannes y afortunadamente es una obra que lo merece. La Civil cuenta la historia de Cielo (bajo la maravillosa interpretación de Arcelia Ramírez), una madre que pierde a su hija al ser secuestrada en el Norte de México. Al no recibir ayuda alguna de las autoridades decide tomar cuentas por sí sola y emprende una búsqueda solitaria para encontrar a su hija desaparecida.
Bueno, siendo honestos, acá entre ustedes y yo, la mayoría de las películas mexicanas que tocan el tema del narco y la violencia me dan hueva. En lo personal creo que muchas de ellas pecan de ser morbosas y nada empáticas pues buscan un león con alas, una palma o un oso, allá en Europa. Son contadas con los dedos de una mano, en mi opinión, las obras mexicanas que tocan temas frágiles de nuestra sociedad y además 1. no recurren a la porno miseria y al morbo para ganar un lugar en tu memoria y 2. utilizan propiamente los elementos cinematográficos para contar y no mostrar. Tengo a La Civil en mi dedo índice.
La Civil nos adentra a un mundo complejo gracias a su protagonista. Cielo, después del secuestro de su hija y cero respuesta de las autoridades, indaga. Casi como en un videojuego le seguimos la espalda, miramos lo que ella mira, espiamos a quienes ella espía mientras hace observaciones y apuntes que probablemente necesitará o no para dar el siguiente paso, para llegar al siguiente nivel de este mundo. Poco a poco Cielo se adentra a un mundo al que era ignorante. Cielo descubre que el narcotráfico y la extorsión impacta en espacios en los cuales no había pensado, no solo es un evento asesino o que provoca miedo, es una red compleja que se encuentra adherida en las tiendas de abarrotes, los restaurantes, las funerarias, las familias, las comunidades. Mientras más observa y descubre, Cielo pierde la inocencia. No es hasta que conoce a Lamarque (militar interpretado por Jorge A. Jiménez) que da el paso final al otro mundo, este la invita a crear una tregua para ayudarse el uno al otro, Cielo ofreciendo información y los militares fuerza bruta.
Lo que me gusta de La Civil es que esta tiene elementos de una historia. Teodora Mihai, directora de la cinta, cuenta, no muestra. Con elementos narrativos y un guión con paybacks sembrados en el primer acto, La Civil es una película chingona y fresca, difícil en un género de películas muy saturado de mediocridad y privilegio blanco.
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