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Mi obsesión con «Succession»

  • Foto del escritor: Fernando Balcázar
    Fernando Balcázar
  • 1 jun 2022
  • 3 Min. de lectura

Por Fernando Balcázar

No soy la primera persona en recomendar esta serie y estoy seguro de que no seré la última. Si la ves, seguramente tú también lo harás. Y yo sé. Yo entiendo que cuando todes a tu alrededor te recomiendan un programa, empiezas a odiarlo; en vez de convencerte, cada nueva persona que te sugiere verlo logra únicamente alejarte más de él. Le pasó a Breaking Bad, le pasó a Game of Thrones y ahora le pasa a Succession.


Yo he visto las tres –en este artículo solo hablaré de la última– y la verdad opino que no vale la pena resistirse. Quizá hubiera valido la pena aguantarse con Game of Thrones y evitar el trago tan amargo que es el final, pero la verdad es que de vez en cuando me sorprendo pensando en ver de nuevo la serie. Y es que las emociones que generan sus mejores escenas no se comparan con lo que otros programas me han hecho sentir; con todo el coraje que la última temporada me hizo pasar –y que aún no supero, si me permiten ser honesto–, sigo visitando los puntos más altos de la serie. Porque ¿para qué vemos un programa de televisión, si no es para sentir algo? Bueno, pues en este momento no hay serie que me haga sentir tantas cosas como Succession.



Succession [Serie de televisión] (Estados Unidos, 2018-)


Yo empecé a verla aproximadamente un mes antes de que se estrenara su tercera temporada. Lo hice por recomendación de crítiques de cine a quienes sigo en Twitter, principalmente Fernanda Solórzano y Diego Lerer. Me contagiaron su emoción por el regreso de la serie de HBO y decidí ver las primeras dos temporadas. Me enamoré instantáneamente.


Y es que suelo darle algo de tiempo a las series. Suelo tolerar unos primeros malos capítulos porque sé que suelen tener tramas básicas y que su función principal es introducir a los personajes y sus conflictos; no es hasta más adelante que las personas detrás del programa pueden atreverse a hacer cosas más interesantes. Pero con Succession no fue necesario. Quedas enganchade desde el primer capítulo a pesar de lo odiosos que son todos sus personajes.


La premisa del programa es bastante simple: un hombre de la tercera edad a punto de ceder a su hijo el liderato de una gigantesca empresa de medios decide no retirarse cuando lo había prometido, iniciando así una batalla entre les posibles herederes por el puesto. Conforme van pasando los capítulos, ves sus estrategias, traiciones, berrinches, errores, adicciones y traumas. Entiendes por qué son tan odioses e incluso llegas a quererles. Aunque les odies.


Succession no tiene héroes como Jon Snow ni jóvenes nobles como Jesse Pinkman. Prácticamente todes son personas ambiciosas que quieren el liderato de Waystar Royco. Pero esto no significa que sean unidimensionales o simples sátiras caricaturescas; todo lo contrario, pues la relación amor-odio que se desarrolla con elles es precisamente por su complejidad.


Succession [Serie de televisión] (Estados Unidos, 2018-)

Si alguna vez se han topado con una recomendación de esta serie, seguramente han leído que la describen como shakespeariana. Y aunque no estoy en desacuerdo con esto y obviamente no lo veo como algo malo, me parece un adjetivo más apto para su análisis que para su recomendación. Si bien pueden trazarse similitudes entre la serie y las obras del dramaturgo inglés, no haber visto o leído estas últimas no es un impedimento para disfrutar el programa. La única razón que se me ocurre por la que alguien podría no disfrutarlo es que no es un ser humano.


Lo digo en broma, pero también un poco en serio. Regresando a las series que mencioné al inicio, sé que Breaking Bad puede desagradar a algunas personas por su violencia, o que Game of Thrones puede ser muy lenta para algunas otras. Succession, por otro lado y a pesar de su calidad, me parece bastante accesible. Porque a pesar de los grandes dramas en los que pone a sus personajes, también tiene algunos de los momentos más chistosos en la televisión; porque toca temas actuales como el papel de los medios en la política y la digitalización de estos, pero también otros tan atemporales como las relaciones familiares.


Para clavarte con Succession hace falta solo el primer capítulo, y espero haber convencido a mínimo una persona de verlo. Porque no hay nada más lindo que arte que hace sentir. Gane emmys o no, sea shakesperiano o no.


Ideal si te gustan:

  • La gran apuesta (The Big Short, Estados Unidos, 2015)

  • El rey Lear [Obra de teatro] (King Lear, Reino Unido, 1608)

  • Mad Men [Serie de televisión] (Estados Unidos, 2007-2015)

 
 
 

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