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Metas musicales y metamusicales

  • Foto del escritor: Fernando Balcázar
    Fernando Balcázar
  • 10 mar 2022
  • 2 Min. de lectura

tick, tick… Boom! (tick, tick… BOOM!, Estados Unidos, 2021)

Por Fernando Balcázar

tick, tick… Boom! (tick, tick… BOOM!, Estados Unidos, 2021) irradia teatro musical. No solo está basada en una obra de este medio, sino que cuenta la historia de una figura importantísima del mismo. Jonathan Larson (Andrew Garfield) es un músico y escritor a punto de cumplir 30 años obsesionado con completar su obra para una muestra a posibles productores. Quién más podía dirigir esta película, si no el nombre más grande en la última década del teatro musical, Lin-Manuel Miranda.


¿Es la experiencia de Miranda en teatro suficiente para llevar la historia al cine? La ópera prima del neoyorquino tiene algunas fortalezas, pero la dirección no es una de ellas. El filme se sostiene en dos pilares: las canciones de Larson –provenientes de la obra original– y la actuación de Garfield.


El valor de esta última yace no en la capacidad del actor para imitar los movimientos y gesticulaciones del Jonathan Larson real, sino en la efectividad con la que transmite las emociones del personaje: la obsesión con su obra, el gozo al improvisar una canción con sus amigos y la frustración por no poder escribir el clímax de su musical.


tick, tick… Boom! (tick, tick… BOOM!, Estados Unidos, 2021)

Fuera del protagonista, sin embargo, las actuaciones flaquean. Si bien no encuentro problema con las interpretaciones musicales del elenco –destaco la ya famosa versión de Garfield y Vanessa Hudgens de Therapy–, en las escenas dramáticas hay una disonancia de tonos entre el protagonista y el resto de los personajes.


Un recurso utilizado múltiples veces es intercalar una interpretación en vivo del personaje de Larson con las vivencias que inspiraron cada canción o momentos de su vida a los que le remonta la pieza. Si bien esto resulta efectivo en algunos casos, en otros termina siendo más bien torpe.


Esto es particularmente cierto en la interpretación de Come to Your Senses. Mientras que Karessa (Vanessa Hudgens), actriz en la muestra de Larson, canta la canción, Jonathan imagina a su novia Susan (Alexandra Shipp) siendo la intérprete. La puesta en escena de esta fantasía se queda en un punto medio extraño: aunque el fondo es un romántico y muy estilizado atardecer en una azotea neoyorquina, Susan no abandona la posición original ocupada por Karessa, y Jonathan tampoco abandona su asiento. El resultado es una interacción estéril e impersonal entre los personajes, aun con el tono grandioso que el alrededor sugiere y lo directa que es la letra de la canción.


tick, tick… Boom! (tick, tick… BOOM!, Estados Unidos, 2021)

A lo largo de la película hay otras decisiones de dirección cuestionables: recursos de montaje y edición que distraen en vez de enriquecer e insertos que salen sobrando. Estos elementos resultan demasiado melodramáticos para el propio bien del filme. Incluso para uno que irradia teatro musical.


Sin embargo, las fortalezas de la cinta mencionadas previamente permiten que esta se mantenga entretenida. Las canciones y la actuación de Andrew Garfield logran crear momentos memorables y transmitir ideas interesantes.



Ideal si te gustan:

  • En El Barrio (In the Heights, Estados Unidos, 2021)

  • Rocketman (Reino Unido/Estados Unidos/Canadá, 2019)

  • Amor en rojo (Moulin Rouge!, Australia/Estados Unidos, 2001)

 
 
 

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