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El tema no tiene la culpa

  • Foto del escritor: Fernando Balcázar
    Fernando Balcázar
  • 25 ago. 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 25 ago. 2022

La cancha no tiene la culpa (México, 2022)

Por Fernando Balcázar


Cuando vi la oferta de películas del Festival Internacional de Cine de Monterrey, llamó mi atención el póster de esta cinta. Si bien en los últimos años he descuidado mi interés por el futbol, mi incursión en las ciencias sociales ha despertado en mí una curiosidad por las barras o porras.


Y creo que no soy el único. Si bien estos grupos siempre han estado envueltos en polémicas, los últimos años han sido marcados por un escrutinio mayor por parte de los medios y la sociedad. Razones sobran, claro, siendo los casos más infames el ataque de aficionados de River al camión de los jugadores de Boca en 2018 y el todavía más lamentable episodio de violencia vivido en marzo de este año en Querétaro.


Empecé entonces este documental con mucho interés, pero lo terminé bastante decepcionado. No quito mérito al equipo que realizó el largometraje, porque de igual manera me parece un ejercicio interesante sobre un tema relevante. El problema, creo yo, es que no tiene ningún enfoque específico.


La cancha no tiene la culpa (México, 2022)

A lo largo de la cinta conocemos a distintos miembros de los Libres y Lokos, como Pin Pon, Samuel Reyes y Cubas, quienes nos cuentan algunas anécdotas con el grupo y a quienes vemos convivir con amigos y familiares. Vemos a la agrupación moverse por las calles de Monterrey, Buenos Aires y Sucre, los vemos cantar dentro del volcán, los vemos bailar y los vemos festejar una final con su familia. Pero no mucho más.


Y si bien hay momentos que son genuinamente entretenidos –como Pin Pon presumiendo que su hijo también le va a Tigres, o Samuel Reyes aclarando que la barra nunca tuvo ningún interés político a pesar de que en el pasado los etiquetaran como anarquistas o comunistas–, no queda muy claro qué se puede sacar de ellos. Porque muchas de estas cosas ya las sabemos o las suponemos. Entonces, ¿qué nos quiere decir el documental?, ¿cuál es su mensaje?


La cancha no tiene la culpa se siente más como un mosaico de videos sobre los Libres y Lokos que como una sola historia. Más allá de la pasión por el equipo al que apoyan los protagonistas, no hay nada que una sus historias.


La cancha no tiene la culpa (México, 2022)

A pesar de sus puntos débiles, debo reconocer que la cinta no se siente pesada o aburrida. Esto puede deberse tanto al carisma de las personas a cuadro como a su corta duración –que es de prácticamente una hora–. Creo que esto mismo la puede hacer relativamente interesante, especialmente para personas interesadas en Tigres o los Libres y Lokos. Para alguien que busca algo más, quizá no tanto.


Ideal si te gustan:

  • Hooligans – Defiende a los tuyos (Hooligans, Reino Unido-Estados Unidos, 2005)

  • Ciudad de Dios (Cidade de Deus, Brasil-Francia-Alemania, 2002)

  • ¡Gol! (Goal!, Reino Unido-Estados Unidos, 2005)


 
 
 

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