Clases de cine, por Céline Sciamma

Petite maman (Francia, 2021)

Por Juan Carlos Vázquez

Céline Sciamma saltó al ojo cinéfilo internacional con el filme Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu, Francia, 2019), una obra maestra que, además de presentar un manifiesto de la mirada femenina (conocida en inglés como el female gaze), la considero una de las mejores películas francesas de la historia. Petite maman (Francia, 2021), que en español se traduce como Pequeña mamá, es el último largometraje de la directora desde el estreno de Retrato de una mujer en llamas y es una prueba más del nivel de genialidad que la Maestra francesa posee. Esta reseña contiene spoilers.

Nelly (interpretada por Joséphine Sanz) acaba de perder a su abuela materna y la idea de que no se haya despedido bien de ella le rebota en la cabeza. Mientras ayuda a sus padres a limpiar la casa donde su madre creció, ella explora los rincones donde su abuela crio a su hija y se pasea descubriendo el bosque hasta que descubre a otra niña de su edad que lleva el nombre de su madre, Marion, y le ayuda a construir una casa en el árbol. Mientras la historia avanza se da cuenta que esa niña, interpretada por la gemela de la protagonista (Gabrielle Sanz), es la versión infante de su madre y al ser invitada a su casa, radica la probabilidad de encontrarse con su abuela.

Petite Maman (Francia, 2021)

En el universo de Petite maman las dos líneas temporales coexisten sin preguntarse el por qué o invalidarse la una a la otra. Este es el primero de los más grandes aciertos de la película; el poder del cine. Tiempo y espacio colindan en esta entrega sin explicaciones, Sciamma entiende que en el cine cualquier ficción es posible y cualquier verdad es absoluta si se respeta y mantiene. Con una sencillez increíble y recursos limpios, básicos y elegantes del medio, Sciamma crea una poderosa fábula sobre el duelo y las relaciones familiares llena de realismo mágico que hace recordar a García Márquez o al estudio Ghibli, sin efectos, explicaciones confusas, leyes de física y demás adornos narrativos; lenguaje cinematográfico puro.

La Madre (Nina Meurisse) no puede con el peso de estar en la casa donde creció después del fallecimiento de La Abuela (Margot Abascal) y deja la tarea de limpiar la casa a El Padre (Stéphane Varupenne) y a Nelly. Es después de su partida que aparece Marion, la versión de 8 años de La Madre. «I come from the path behind you (Yo vengo del camino detrás de ti)» Nelly le dice a Marion. Madre e hija, ambas infantas, comparten momentos que fortalecen una conexión que parece existir desde antes que siquiera existiera la una o la otra. Entre conversaciones sofisticadas Marion le hace saber a su hija que el dolor que ella carga y ha cargado todos los años no son su culpa. «You’re often unhappy (A veces te ves infeliz)», Nelly le dice a Marion. «You didn’t invent my sadness (Tú no inventaste mi tristeza», Marion le responde. Nelly empatiza y entiende el dolor y preocupaciones de su madre a través de la niña que alguna vez fue.

Petite maman es una película sobre el duelo, sobre las relaciones escritas en el aire antes de que un bebé salga del cuerpo de su madre. Es un filme que trata sobre explorar heridas, mirar aquellos que han estado antes que nosotros, reconocer a nuestros creadores y reconocerlos como otros, como ellos mismos. Con una fotografía magistral de la también genio Claire Mathon (Retrato de una mujer en llamas, Spencer) y grabada en secreto durante la pandemia Petite maman es una película disruptiva que provoca lágrimas y una sonrisa más allá de catártica.

Petite Maman (Francia, 2021)

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